Te levantas un día y te das cuenta que el tiempo que has invertido en esa persona ya fue suficiente.

Este día te preguntas, ¿Cómo no me di cuenta antes?

Pero no te castigas por ello. Sabes que es parte de tu proceso, de tu aprendizaje.

Te quedas con lo bueno. Ahora entiendes que si sigues dónde estás, no irás a ningún lado.

Entonces nada te detiene, sabes lo que debes hacer.

Y lo haces. 

Manteniendo tu paz mental, tu equilibrio y tu amor propio.

Decides levantarte y continuar tu camino.

Pero sabes que es mejor así. Porque sentirse solo a pesar de tener a alguien a tu lado, ya no es una opción para ti. 

Ya aprendiste la lección y ya no quieres tener ese sentimiento en tu corazón.  

Y si, toca comenzar de nuevo. Pero no comienzas desde el principio. 

Comienzas más adelante, siendo más sabio y más selectivo. 

Sin dudas, tu siguiente opción será mejor. 

Rumbeando sin rumbo, sin prisa, pero sin pausa…

Filosofía Chipiana de viernes :)