Confiar

Confiar, hablemos un poco de eso...

Puede que al principio no estés de acuerdo conmigo, por lo que te invito a leer hasta el final, antes de sacar conclusiones.

Confiar es saber que compartes la cama con una persona que tiene en sus manos el poder de lastimarte, pero igualmente duermes tranquilo porque confías en que esas "armas" están en buenas manos y que no va a hacerte daño.

Aclaremos algo en este punto, confiar no implica otorgarle al otro ese poder. Este hecho se da en consecuencia. Se da en consecuencia de la entrega que uno hace, la transparencia con la que uno se muestra cuando ama y cuando busca ser amado por ser quién es, sin fingir ser alguien más.

Y si, es un poco duro asumir que, para ser amados y amar con libertad, debemos hacer ésta entrega. Es necesaria.

Es necesaria para poder ser. Para poder permitirnos ser nosotros mismos frente al otro.

Sería genial que nadie tenga ese poder sobre nosotros, que nadie pueda hacernos daño pero, aunque nos cueste admitirlo (ya sea por ego o por simple orgullo), es innegable que nos va a afectar que un ser amado, alguien en quién hemos depositado nuestra confianza, nos traicione.

Pero no por ello vamos a dejar de confiar.
Elegir confiar en la persona equivocada no es más que un error, un error de los tantos miles de errores que cometemos a lo largo de nuestra vida, en nuestro continuo proceso de aprendizaje.

Entonces, confiar es fluir, es ser uno mismo frente al otro, dejándole a la vista tus zonas vulnerables, porque confías que no te va a lastimar.

Confiar es necesario para poder ser uno mismo.

Salir herido de vez en cuando es parte del proceso, es parte del camino que transitamos, pero no es el fin del mundo, salir herido no es más que un nuevo aprendizaje.

Cuando te hieren, debes transitar el dolor, debes entender que las personas no te hacen cosas, las personas hacen cosas, desde su perspectiva y por sus razones (las entiendas o no). Y debes aprender a soltar y dejar ir ese dolor, para continuar tu camino, ahora, con este nuevo aprendizaje a cuestas.

Lo que trato de decirte es que confiar es necesario para amar.

Y confiar es necesario para ser amado.

El miedo a salir herido no es más que una barrera que nosotros mismos nos ponemos. El miedo nos limita y, cuando nos invade, nos puede llevar a inventar escenarios caóticos, a imaginar que tenemos lo peor, para justificarnos a nosotros mismos, para darnos motivos para no confiar, para no mostrar nuestras partes más vulnerables, para "protegerlas", para que no nos hagan daño.

Y en ese afán de querer protegernos, nuestra mente puede crear de la nada, un monstruo.

Y en ese afán de querer protegernos, nos terminamos haciendo daño a nosotros mismos.

Por lo que confiar es necesario para poder estar en paz con nosotros mismos y con las personas que amamos.

Confiar es necesario.

Confiar es hermoso.

Y por eso, yo elijo confiar…

Filosofía Chipiana para finalizar una tarde de miércoles…